El gobierno de Cambiemos inició su gestión el 10 de diciembre de 2015, por lo cual los ingresos públicos “propios” son los correspondientes a los meses de enero, febrero y marzo de 2016. A continuación, detallamos el cuadro con el que realizaremos nuestro análisis, incorporando, además, el mes de diciembre, de modo de tener una referencia del último mes del gobierno anterior.
dic-15 | ene-16 | feb-16 | mar-16 | Promedios mensuales | |
A- Recursos Tributarios (mill $) | 145.034 | 180.198 | 149.550 | 137.762 | 153.136 |
Base (A) 100 | 100 | 124,5 | 103 | 94,9 | 105,6 |
B- Índice de Inflación del Congreso | 3,50% | 3,60% | 4,80% | 3,20% | 3,78% (acumulado: 15,1%) |
dic-14 | ene-15 | feb-15 | mar-15 | ||
C- Recursos Tributarios (mill $), mismo período de hace un año | 118.700 | 131.440 | 117.306 | 105.400 | 118.212 |
Base (B) 100 | 110 | 110,73 | 98,83 | 88,8 | 100 |
D- Índice de Inflación del Congreso, mismo período de hace un año | 1,87% | 2,08% | 1,48% | 2,12% | 1,88% (acumulado: 7,55%) |
Debemos recordar que la recaudación de impuestos tiene una estacionalidad propia y que los meses de febrero y marzo suelen mostrar caídas que luego se recuperan en el mes de abril -por el fin del período de vacaciones y por el aumento en el ingreso originado en las liquidaciones de las exportaciones del agro-.
Por otra parte, el corto período analizado no permite detectar el impacto en la recaudación de las nuevas decisiones en materia tributaria tomadas por el gobierno (modificación de ganancias, reintegro de retenciones a la minería, modificación de retenciones al agro, etc.).
A pesar de ello, es posible identificar algunas tendencias. La información disponible da cuenta de un aumento del 5,6 % de los ingresos tributarios en 2016 respecto del mismo período del año anterior. A simple vista este resultado es una muy buena noticia para el fisco; sin embargo, debe ser “descontado” del índice de la inflación del período.
En efecto, si bien entre diciembre 2015 y marzo 2016 la recaudación de impuestos nacionales aumentó el 5,6% respecto del mismo período del año pasado, la inflación acumulada fue el doble en comparación con el mismo registro anterior: 15,1% versus 7,55% (líneas B y D del cuadro).
Resulta evidente que la devaluación -ocasionada por la salida del cepo cambiario- y el consiguiente reacomodamiento de los precios de la economía han tenido un fuerte –y esperado- impacto. Es sabido que la inflación también afecta a los ingresos públicos, porque el Estado recauda más por el impuesto inflacionario.
Sin embargo, estas premisas tienen un límite que puede observarse en los resultados que hemos presentado aquí. Mientras que la inflación acumulada se duplicó entre diciembre 2015 y marzo 2016 respecto del mismo período del año anterior, la recaudación aumentó sólo un 5% en la misma comparación, lo que da cuenta de cierto nivel de erosión en el nivel de actividad de la economía.
Con estos resultados a la vista, es evidente que uno de los grandes desafíos del nuevo gobierno consiste en reducir la inflación y, al mismo, tiempo bajar el déficit fiscal. En el mediano plazo, el problema que enfrenta es aún mayor: bajar la insostenible presión impositiva (por arriba del 36%, que solo puede mantenerse en un país cerrado que consiente precios desorbitantes) y el gasto público y, a la vez, aumentar la recaudación. Para alcanzar estos objetivos, el gobierno deberá, necesariamente, avanzar en reformas e integrar el país al mundo.