Por Alejando Estevez
No existe presidente que no experimente un desgaste en la gestión pública; sin embargo, se hace necesario entender el porqué en este caso.
Las encuestas señalan tres factores: el reciente debate de la ley previsional (sacarle plata a los jubilados siempre es algo costoso), el persistente tarifazo (llevar a precios internacionales las tarifas, a pesar de ser necesario, genera rechazo a una parte de la población) y el caso Jorge Triaca (ministro de trabajo con una empleada “en negro” que se descubre que es “ñoqui” en el sindicato que su jefe tiene intervenido). Y recientemente podríamos agregar la incomprensible tardanza en solicitar la renuncia al Subsecretario General de la Presidencia, Valentín Díaz Gilligan, quien había omitido declarar 1,2 millones de dólares en Andorra -un paraíso fiscal- propiedad de una sociedad en la que el funcionario aparece como accionista.
La gestión económica del gobierno no depara alegrías. Las encuestas detectan un incremento en el pesimismo del la opinión pública, de la mano del aumento de la inflación y el dólar. Por primera vez, las expectativas negativas superan a las positivas, un serio llamado de atención para Macri y su gestión.
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Preeminencia de las expectativas negativas
Según la encuesta de Rouvier, el 30 % de la población votaría al actual presidente , el 40 % lo haría por un opositor y un 25 % dice no saber. A pesar de que Mauricio Macri mantendría un núcleo duro del 30% de los votos, la mayoría de los electores no votaría al oficialismo. Como en las dos últimas elecciones nacionales, la fragmentación de la oposición sigue siendo la herramienta principal para repetir una victoria de Cambiemos en las elecciones presidenciales de octubre del año próximo.
En relación al voto a Cristina Fernández, según Ricardo Rouvier la imagen de la ex presidente ha comenzado a moverse algo: el caudal negativo ha iniciado un descenso y se notaría un leve incremento del caudal positivo. Sin embargo, Cristina Kirchner continúa fuertemente negativizada. Como correctamente señaló el ex Jefe de Gabinete peronista Alberto Fernández, sin ella no se puede pero con ella es insuficiente.
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Encuesta de Ricardo Rouvier y Asociados, 22 de febrero de 2018.
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Salvo que Cristina Kirchner recupere la alta valoración que alguna vez sumó -hipótesis que consideramos improbable-, el peronismo en sus diversas versiones tiene por delante un desafío monumental: generar un liderazgo que unifique al partido y, a su vez, que sea competitivo en las elecciones de octubre de 2019. Caso contrario, como ya sucedió en dos oportunidades, el candidato de Cambiemos volverá a imponerse.
En relación a las principales preocupaciones de la población, la encuesta de SYNOPSIS, señala que la inflación (29,4% de las respuestas), la corrupción (20,3%), el desempleo (18,6%) y la inseguridad (11,3%) son, en ese orden, las prioridades de la opinión pública. Las preocupaciones económicas (inflación más desempleo) alcanzan casi el 50 % de las respuestas. Además, el 50% de los encuestados manifestó que percibe la situación económica peor que hace un año. Es decir, predominan las opiniones negativas respecto del desempeño económico del gobierno. Y con respecto al futuro personal, la tendencia es algo menos mala, aunque mayoritariamente negativa: el 44,1% cree que el 2019 será peor.
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Moyano y el “club de los malos”
La imagen de Hugo Moyano no es buena en la opinión pública. Según una encuesta de Synopsis, la imagen positiva del dirigente gremial alcanza al 5% de las respuetas, mientras que su imagen negativa trepa al 45,4% . El 48% de los entrevistados cree que el paro del pasado 21 de febrero que convocó fue en su defensa personal, una manifestación política ante los embates del gobierno y la justicia.
Sin embargo, Moyano logró juntar cerca de 200.000 personas en la Avenida 9 de julio. Una cifra importante, en especial si se tiene en cuenta que una parte relevante de los asistentes al acto no fueron llevados por el líder camionero, y que la CGT no apoyó, es decir, que no contribuyó a ampliar el número de asistentes.
Por ahora, el gobierno ha puesto a Moyano en las filas del “club de los malos” con el propósito de polarizar con él: una estrategia conocida del oficialismo mediante la cual utiliza en su comunicación la demonización de figuras públicas con mala imagen para sostenerse en las encuestas. Cristina Kirchner y los ex ministros kirchneristas antes, y Moyano y los sindicatos “opositores” ahora, son parte de ese grupo que el gobierno logró instalar con éxito a través de los medios, para diferenciarse, seguir arriba en las preferencias y mantener la predominancia política.
Es posible que el plan oficial de encapsular públicamente la realidad entre “malos” y buenos” en pugna resulte cada vez menos eficiente en un contexto persistente de alta inflación y de reactualización tarifaria de los servicios públicos. Sin embargo, el gobierno considera que, mientras la oposición se mantenga fragmentada y no logre capitalizar el malhumor ciudadano, Cambiemos seguirá ganando elecciones.
En sus primeros dos años de gobierno, Cambiemos logró mantener en el plano positivo las expectativas de la población que, sumado a la fragmentación del peronismo, facilitó enormemente su gestión. Las expectativas negativas son las que predominan ahora. Habrá que esperar para ver si se mantienen y si, debido en parte a ello, la oposición logra estructurar un liderazgo competitivo para el próximo desafío electoral. El gobierno asegura que eso no sucederá y que la actual valorización negativa del presidente Macri y su gestión se revertirá, en breve, en positiva.